UNA HISTORIA DE ÉXITOS
En 1985, la famosa M9 se convierte en el arma de mano del ejército y la policía estadounidenses. Desde entonces, la plataforma de pistolas semiautomáticas Beretta 90 se ha convertido en el aliado más fiable de las fuerzas militares y policiales de todo el mundo, pasando a la historia como la pistola más fiable, precisa y fácil de usar del mercado y vendiendo más de 4 millones de unidades en todo el mundo.
EN CONTINUA EVOLUCIÓN
La serie de pistolas Beretta 90 es el resultado de décadas de desarrollo tecnológico y mejoras que se remontan a principios del siglo XX. Más de cien años de experiencia e investigación han mejorado el primer diseño de corredera abierta del modelo 1915 y cada una de las nuevas versiones, hasta llegar a las modernas pistolas que se comercializan actualmente. El diseño ergonómico y las características innovadoras combinadas con mecanismos fiables son las piedras angulares de esta serie de pistolas, que sigue siendo un icono atemporal que no cesa de mejorarse y de evolucionar adoptando nuevas soluciones técnicas.
PROBADA SOBRE EL TERRENO
Desde hace más de cuarenta años, la serie 90 define el estándar de las mejores pistolas militares, policiales y tácticas. La amplia adopción de la 90 en el mercado le ha permitido evolucionar al ritmo de las necesidades de los cuerpos militares y de los tiradores más modernos, sin dejar de ofrecer las incomparables prestaciones por las que se hizo famosa esta serie de pistolas. Cada modelo es el resultado de la experiencia sobre el terreno de los profesionales militares y civiles que utilizan, prueban y desarrollan nuevas soluciones y productos con Beretta cada día para responder a los desafíos tácticos de hoy y de mañana.
FUNCIONAMIENTO IMPECABLE
Las pistolas de la serie Beretta 92 son armas semiautomáticas con retroceso corto del cañón y un cierre geométrico de bloque oscilante. Al disparar, la presión producida por los gases de combustión provoca el retroceso del conjunto cerrojo-cañón. Tras un breve recorrido del conjunto, el bloque de cierre pivota y desengancha el cañón del cerrojo.
El cañón se detiene contra la carcasa mientras el cerrojo, procediendo en su carrera hacia atrás, expulsa el casquillo a través del extractor, amartillando el martillo y comprimiendo el muelle recuperador. Como resultado, el cerrojo, impulsado por el muelle recuperador que se extiende, se mueve hacia delante, extrae un nuevo cartucho del cargador, lo introduce en el cañón y provoca el cierre del cañón-cerrojo. La corredera permanece abierta tras el último disparo y la expulsión del casquillo correspondiente.